31 oct 2013

Les Footballeurs

     Hay pocas cosas mas preciosas que la primera vez que uno esta enamorado en Paris. Y en el pompidou, hace aproximadamente tres vidas o exactamente dos lustros, expusieron a Nicholas de Staël. Nadie conoce a Nicholas de Staël, que se tiro de su balcon tras apenas quinze años en el oficio cuando un critico desprecio su obra. La Tachen no lo ha considerado digno de su coleccion de tapas blandas y lomo negro y nunca he vuelto a oir pronunciar su nombre. Nosotros entramos muy enamorados, contemplando las obras fundidos en un solo abrazo, un abrazo profundo pero un abrazo de lejos, apenas rozarse la mano mientras uno salta a la siguiente sala y el otro sigue silenciosamente cautivado por la anterior, sin que se rompa el puente. Y salimos cada uno por su lado, violentamente. Al principio no entendia nada. El dia anterior la habia obligado a ir al Louvre, idiota de mi, y esa era su venganza. ¿Ves el mar? decia, pero ahi no habia nada, solo un rectangulo azul, otro rojo, otro blanco. Ahora en los museos me da por gritar, me da por correr, me excita el recogimiento y todas esas cosas enormes que entran y no saben aun donde meterse. Pero entonces no entendia nada. Miraba y miraba y me iba quedando atras. Hasta que encontre a los grandes futbolistas y entendi; como alguien que despues de haber oido la misma cancion un millon de veces reconoce de repente las palabras del idioma extranjero y puede transformar el canto en mensaje sin perder la belleza del canto. Ella volvio a aprecer y me estiro suavemente de la manga: estaban cerrando. Volvio a estirar. Volvio a estirar. Pero yo resople y segui hipnotizado hacia la siguiente sala, furioso como un leon al que hubieran apaleado a medio orgasmo.
 
     Y tanto tiempo despues, al girar la esquina y encontrarme de frente con esa mole... me he vuelto a sentar, en esa misma explana inclinada donde me sente esa vez, a su lado, sin que ella se dignara a levantar la cabezota que tenia atrapada entre las rodillas mientras yo le explicaba algo como oye, que no tiene nada que ver contigo, en serio, es otra cosa, como una eclosion, no se... no me creeras pero ahora mismo lo estoy viendo todo en formas geometricas, ahora mismo, mientras te hablo, tu eres un circulo muy negro y otro circulo marron y un rectangulo rojo... y, bueno, tu puedes enfadarte si quieres pero no entiendo el porque porque tu me has traido aqui y yo no quiero que esto se me pase nunca. Sencillamente le hubiera dicho... pero estaba en un lugar que quedaba mas alla de las palabras, y al que ahora se volver a voluntad.

     Paris fue una fiesta pero ya no. Ahora es mas como un gran juguete viejo que uno encuentra en el desvan. A decir verdad, la gruesa capa de polvo no la trae el objeto sino el sujeto, que mira y solo siente de lejos. Pero es lo que pasa con los juguetes viejos, que ya no sirven como juguetes sino solo como recuerdos. Y si bien todo esto pueda sonar melancolico, en realidad no lo es: si se perdieron los vaivenes del oleaje oceanico se gano en la profundidad del azul. No es triste, sobretodo no es triste. El metro sigue oliendo a violeta y de noche el pompidou tiene un gusano de luz que zigzaguea en la fachada.