Eos, la diosa, jugaba a probarse zapatos de tacon.
El noble Titono solo pasaba por ahi.
Levantando solemnemente el gintonic, Zeus concedio:
(se reiría mas tarde el cronida de la ingenuidad de su hija)
¡Titono, el bello, seria inmortal!
Eos comprendio volviendo de la luna de miel
que su marido habia empezado a envejecer eternamente
¿Tu que naces de la mañana, Eos, la de dedos de rosa,
sigues sufriendo cada noche el incesante fluir de esa voz de cigarra?
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