20 mar 2009

Built to resist

¿pa qué?
Este es por varias razones mi primer viaje en camisa.


No solo estaba Manda esperandonos a la salida del aeropuerto para tratarnos como huespedes de lujo y llevarnos a ese restaurante en el que pagamos con visa porque no teniamos cambio, why not, sino que despues, ya por nuestra cuenta (pero con un movil nacional a nuestra disposicion, a cuenta del estado), hemos dejado que el menu lo escogiera el estomago y que el chaval ese nos acompañara al hotel para ahorrarnos la molestia de buscarlo. Luego hay hechos mas circunstanciales como que el jefe del bar de anoche nos diera por nuestra cara bonita el penultimo romeo y julieta de su cava personal, o que Cap Cana fuera un paraiso desierto en el que el camarero del chiringo se acercara y en lugar de echarnos, como temiamos, nos preguntara, siempre por favor, si podria dejarnos una banderilla amarilla al lado de la tumbona que solo deberiamos levantar si quisieramos tomar algo. Y tambien, claro, porque nos hemos regalado a menudo el placer de abrocharnos una camisa limpia al atardecer, despues de la ducha y de la playa. Hoy por ultima vez.


Los viajes son como montañas, pienso. La primera semana es de subida, te lias con el cambio y tienes esa erronea sensacion de que las cosas son caras, o baratas, no sabes donde encontrar la comida y todos los nombres suenan extraños. Luego viene una meseta que dura lo que quede entre vuelos; siempre se anda rapido y el tiempo se vuelve loco. La ultima semana es de bajada, y a falta de un par de dias la pendiente se precipita: ajustar las cuentas, aceptar alguna que otra renuncia, confirmar una y otra vez los enlaces. El plan de esta noche es no dormir y cojer la guagua de vuelta a la capital a primera hora de la mañana. La prespectiva me da tantisima pereza que Patrizia se reiria si me viera ahora en el sofa. Hay en la mesita de noche de Gaby una vela que huele como esa ducha que nos pegamos en krakowia, tras dias sin dormir ni lavarnos; la huelo y me perdono, it's ok, it's all right, y me abrocho la camisa. Supongo que podia haber sido diferente, pero muy dificilmente mejor.


Hoy la cremallera de la eastpak negra que me ha acompañado en diez mudanzas y demas aviones ha muerto, definitivamente.

Ya ha durado mas que yo.


1 comentario:

  1. Tu mochila??? tu super mochila??????????????????? nooooooooooooooooooooooo...!!!

    tio, tú has vuelto a nacer...

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